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Abrir el diario
En una mano un papel,
en la otra un plumier
y sobre la mesa hay un tintero
Sentada en una silla,
pintada de color quisquilla,
con asiento de anea,
escribiendo en mi diario, estoy yo,
escribo lo acaecido y lo vivido en el día transcurrido
lo escribo en el día de hoy,
por si mañana, mi memoria ya no está,
porque, aunque yo siga aquí,
tal vez ella sin mí, irse haya decidido,
así que, sí llegara ese mañana,
en la que mi memoria, ya no está,
abra yo este diario y lo vivido pueda rememorar,
entonces así parecerá,
que mi memoria, conmigo aún está,
si bien, esta se haya ido desde hace mucho tiempo atrás