La olla y la sartén
Qué tiempos aquellos
Cuanto los echo de menos
Todo el día en el fuego
Haciendo buenos pucheros
Encima de unos teniques
Arriba de un trípode
O directamente en las ascuas
Albergando algún cocido
Una sopa de invierno
O lentejas con perdices
Igual me daba
Pues los aromas que de mi salían
Al entrar a la cocina
Siempre iban a toparse
Con las narices
De quienes ambicionaban a saborear
Esas lentejas con perdices
Todo eso lo escucha una sartén
Colgada en la pared
De una vieja cocina
De la boca de una olla de barro
Abandonada en un esquina
A la sartén no le quedó otra
Que abrir su boca
Y soltarle una estrofa
Olla te doy la razón
Ya que a mí antes
De vez en cuando me bajaban
De este colgador
Para ponerme en el fogón
Un día para cocinar
Otros para calentar
En mí hacían igual unas migas dulces
Que unas migas saladas
Otros días hacían unas gachas
Y otros una fritura de cochino
Que siempre se hacían en domingo
Pero lo que me da más añoranza
Son las épocas de la matanza
Recuerdas amiga olla
Te acuerdas, como en esos días
No nos dejaban descansar
No hacíamos otra cosa
Que guisar y guisar
Para luego con esos guisos
Elaborar morcillas y chorizos
Que luego colgaban en un palo
En lo alto de la cocina
Para dejarlas secar
Y cuando llegaba el invierno
Descolgarlas y catarlas
Sentados al lado del fogón
Acompañadas de un chato de vino
Y un buen trozo de pan
Pero eso eran otros tiempos
Hoy para cocinar
Ya no usan ollas de barro
Ni tampoco sartenes de hierro
La matanza ya no la hacen
Y la sopa la compran elaborada
Mejor seguimos aquí sin hacer nada
Pues las ollas ahora son exprés
Y las sartenes niqueladas
Nosotras estamos ya jubiladas
Además de abandonadas
Si tenemos suerte
Algún día no muy lejano
Seremos expuestas en un museo
Donde seremos admiradas
Con una nota explicativa
De lo que fue nuestra vida
Si eso ocurre
Al menos no seremos
Del todo olvidadas
