La noche y la mañana
La noche y la mañana
iban de la mano
una delante
y la otra detrás
sin las manos soltar.
Cuando la noche acababa
la mañana comenzaba
y si la mañana se marchaba
la noche llegaba
pero siempre
con sus manos bien agarradas.
La noche y la mañana
eran buenas amigas
y lo único que deseaban
era que las dos juntas
llegaran y marcharan
aunque solo fuera
por una sola vez
ya que ellas sabían que,
si eso ocurría
el mundo al revés estaría.