Ensalitrado
Cada día, madrugaba
tomaba café negro
cogía sus aparejos
y se iba a la orilla del mar
cuando allí, llegaba
se ponía a pescar
y al rebasar, el mediodía
recogía los aparejos
y los peces capturados
los metía en la zurrona
tomaba, el camino de regreso
con una pizca de satisfacción
y algo ensalitrado