El eco de sus tacones
El eco en el callejón
Es lo único que él escucho
Cuando por su nombre, a ella le llamó
Ella no le respondió
Tampoco su cabeza giro
Sí noto, como su paso ella apresuró
De repente, el comprendió su intención
Llegar lo más rápido posible a la esquina
De aquel solitario callejón
Para perderse en la oscuridad de la noche
Y perderlo de vista y no volver a verlo más
Ni oírle, de como de su boca
Salía su nombre, para llamarla una vez más
De nuevo, lo que el escucho
Fue el eco de sus zapatos de tacón
Pero de ella ni rastro, cuando la esquina doblo
En la oscuridad de la noche
En un instante se convenció
Que para siempre, él la perdió
Ocurrió cundo quiso seguirla y algo se lo impidió
De repente en aquel callejón oscuro
Algo le corto el paso y por delante se le cruzo
Un gato negro, que corría detrás de un pequeño ratón
El roedor raudo, al gato se le escapo
Y de pronto, su instinto se agudizo
Y en su mente una lucecita se le encendió
Todo ocurrió en el momento, en que al gato
El roedor se le escapo
Y comprobó el hociquillo que al gato se le quedo
No fue de desagrado, más bien lo fue de resignado
Cuando el gato, tomo de nuevo rumbo al tejado
Al minuto encima del, el gato se había echado
Desde allí, esperaría, por si durante el resto de noche
Algún otro ratón, por aquel oscuro callejón se aventuraría
Lo mismo haré yo, pensó en aquel momento
Saldré de este oscuro callejón
A mi casa regresaré
Y de ella me olvidaré
Su decisión respetare
A la vez que entenderé
Que no me contestara
Cuando por su nombre, yo la llamara
Pues como dice el refrán
Agua que no has de beber, déjala correr
Si yo no soy de su interés, es lícito y lo aceptare
Ya no te seguiré, en las noches oscuras
De oír renunciaré, el eco que tus tacones
Cuando los callejones, tu vas cruzando