El cuervo agazapado
Una tarde de mucho viento
en el techo de mi casa
se posó un cuervo negro
que, debido a la ventisca
este, se había desorientado
yo, lo miré con atención
y este, en mi tejado
se había agazapado
allí, el cuervo permaneció
hasta que, el viento arreció
y cuando eso ocurrió
el cuervo negro, alzó su vuelo
y de nuevo, por el cielo
el cuervo, su ruta siguió