“Día Internacional de la lucha contra la Violencia de Género”
(25 de noviembre)
No cabe duda de que los seres humanos podemos descifrar distintos tipos de roles a lo largo de nuestra vida, y según el lugar en el cual nos movamos desempeñaremos el rol que de nosotros se espera.
Las diferencias de edad, de raza, de religión, de lengua, de etnia, de clase y de sexo han dado lugar a múltiples desigualdades.
Las relaciones sociales o roles, tienen que ir evolucionando con el trascurso del tiempo y que los mismos se adapten a la época de vivencia da cada una/o. pues será así de la única forma que se rompan las barreras que hacen que la mujer se sienta forzada o atada a no poder alcanzar su libertad individual, primero como ser humano, luego como mujer.
Los estereotipos de género se han ido consolidando con el tiempo y han penetrado profundamente en la sociedad; llegando a identificar ser mujer con ser femenina y frágil y ser hombre con ser masculino, fuerte y salvaje.
Pero ser distintos no significa ser desiguales, por eso es importante reconocer la diferencia entre el concepto de sexo y el de género, palabra muy utilizada en los últimos años a la cual se le han dado interpretaciones erróneas pues se suele relacionar únicamente con cuestiones de mujeres.
Primeramente vamos a definir la diferencia entre sexo y género; puesto que las mujeres y los hombres tienen por naturaleza un cuerpo y características físicas que los hacen diferentes desde el momento de su nacimiento, pero si tomamos en cuenta esas características biológicas de sus cuerpos, nos daremos cuenta entonces de que socialmente se han determinado unas funciones y unos roles diferenciado para cada uno de los sexos (mujer y hombre).
Como resultado de la diferencia que se establece socialmente entre mujeres y hombres, se generan condiciones de marginación, discriminación, y por lo tanto de desigualdad en todos los ámbitos, las cuales se manifiestan y afectan de manera diferente a unas y a otros.
El Sexo: está dado por la naturaleza de unas características genéticas, hormonales, fisiológicas y funcionales que a los seres humanos nos diferencian biológicamente, por lo tanto nacemos ya con un sexo definido, nacemos mujer u hombre.
Género: El género es el conjunto de características sociales y culturales asignadas a las personas en función de su sexo, actitudes, valores, creencias, costumbres, roles los cuales conforman el cómo ha de ser cada mujer o cada hombre en la sociedad y en cada cultura.
Roles de género: Son conjunto de ideas, creencias y estereotipos y reglas que dictan las sociedades cuando se refiere a lo que todos deben entender como femenino y masculino.
Identidad de género: Es adoptada por el/la niño/niña en el momento que este/a comienza a identificarse con las manifestaciones del género al que pertenece.
Teoría del género: Esta teoría será la que permita enfocar, analizar y comprender las características de definición entre mujeres y hombres de forma específica, así como similitudes y diferencias.
La socialización: Es el proceso mediante el cual se enseñan, la cultura (la cual se transmite de generación en generación), costumbres y roles a todos los miembros de una sociedad.
Procesos de socialización: Sería la forma o el modo de cómo los miembros de una comunidad aprenden los modelos culturales de la sociedad, llegando por lo tanto a asimilarlos, para luego terminar en convertirlos en sus propias reglas personales de vida.
Digamos que dentro del proceso de socialización podemos distinguir tres instituciones procesales de socialización que serían:
1º) La institución de la familia; ya que sería aquí donde la/él, niña/niño estaría influenciado tanto por sus comportamientos como por sus creencias.
2º) La institución de la escuela; ya que sería aquí donde se reforzarían sus valores.
3º) La institución de los medios de comunicación masivos; serían los que terminarían de reforzar los modelos y roles culturales.
Procesos de socialización e identidad de género: Las mujeres y los hombres son dos seres adultos distintos en características biológicas, manera de ser, comportamientos, roles, conductas, además de aspiraciones personales.
Dentro de esas diferencias entre mujeres y hombres, se podría hablar de la discriminación sexual contra las mujeres, dando esto que podemos afirmar sin lugar a dudas que, el hombre trata por todos los medios de no dejar a la mujer desarrollar el mismo proyecto de vida que ellos, subordinándola e incluso esclavizándola.
Algunos mitos creados por el proceso de socialización
Mujer Hombre
Sumisa Dominante
Dócil Autoritario
Indefensa Valiente
Tranquila Agresivo
Insegura Seguro
Emotiva Racional
Dependiente Independiente
Fiel Infiel
Débil Fuerte
Características físicas: Se refiere a todo lo relacionado con las partes del cuerpo, como puede ser la altura, color de piel, pelo, ojos, etc.…
Actitudes: Es la forma de motivación social que, predispone la acción de un individuo hacia determinados objetivos o metas. Otorga la orientación de las disposiciones más profundas, del ser humano ante un objeto determinado.
Todos tenemos determinadas «actitudes» ante los objetos que conocemos, y formamos actitudes nuevas ante los objetos que, para nosotros son también nuevos. Podemos experimentar sentimientos positivos o negativos, por ejemplo hacia el agua mineral. Una vez formada, es muy difícil que se modifique una actitud, ello depende en gran medida del hecho de que muchas creencias, convicciones y juicios se remiten a la familia de origen.
En efecto, las actitudes pueden haberse formado desde los primeros años de vida y haberse reforzado después. Otras actitudes se aprenden de la sociedad, como es el caso de la actitud negativa ante la violencia; por último otras dependen directamente del individuo.
Existen actitudes personales; relacionadas únicamente con el individuo y actitudes sociales que inciden sobre un grupo de personas.
A lo largo de la vida, las personas adquieren experiencia y forman una red u organización de creencias características, entendiendo por creencia la predisposición a la acción. La actitud engloba un conjunto de creencias, todas ellas relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto o situación. Las formas, que cada persona tiene de reaccionar, ante cualquier situación son muy numerosas, pero son las formas comunes y uniformes las que revelan una actitud determinada.
El concepto de actitud es básico en dos campos: En psicología social y en la teoría de la personalidad. A finales de la década de 1920, el psicólogo estadounidense Gordon W. Allport se interesó por la investigación de las actitudes sociales, pero no fue hasta la década de 1940, con la publicación de El miedo a la libertad (1941) de Erich Fromm, cuando este concepto empezó a cobrar importancia en la teoría de la personalidad. La actitud social es compartida y favorece los intereses sociales por encima de los individuales.
Aptitudes: Es el rasgo general y propio de cada individuo que le facilita el aprendizaje de tareas específicas y le distingue de los demás.
Las aptitudes aparecen en las distintas etapas de maduración individual, aunque no comienzan a precisarse hasta aproximadamente los 10 años de edad. Pueden ser de muy diversos tipos: intelectuales, sensoriales, motrices… El concepto de inteligencia, como combinación de determinadas aptitudes que contribuye a la realización de una amplia gama de actividades, está muy relacionado con el de aptitud. Esta relación fue analizada por el psicólogo inglés Charles E. Spearman, quien postuló que el éxito en cualquier tarea se halla determinado por una “aptitud general única”, común a todas, y una “aptitud específica” de esa habilidad.
El conocimiento y la medición de las aptitudes mediante la realización de test, es hoy común en la orientación vocacional, la asignación de empleos o los programas de selección. Estos test se aplican para detectar problemas o pronosticar el éxito de una persona en una determinada profesión, tarea u ocupación. Por otro lado, es también fundamental el conocimiento de las aptitudes del niño para orientar su trabajo escolar. Los test suelen clasificarse en función de los factores que se desean medir. Existe una gran variedad: hay test de vocabulario, de comprensión y atención, de aptitudes musicales, orientación espacial, rapidez de percepción, destreza manual y otros.
Trabajos que desempeñan: El hacer cosas que tradicionalmente hace el otro género, no implica un cambio de sexo, por el contrario, nos abre la posibilidad de compartir y decidir qué es lo que queremos ser y hacer, sin estar sujetos a un destino fijo antes de nacer.
Deberíamos de educar no sólo en la igualdad, sino también para la igualdad; y que esa igualdad esté conformada en la libertad, pues si no existe la libertad no habrá jamás un igualdad evidente, entones no existirá el libre pensamiento, libertad para hablar y actuar bajo nuestro razonamiento y no bajo el de las/los demás. Habrá igualdad en el reparto de tareas, tanto en el hogar como en el trabajo.
“Cerremos los ojos un memento y con ellos cerrados, intentemos mirar desde nuestro corazón, tratando de ver a las mujeres que siguen en la oscuridad, en el silencio y encerradas en la esfera de su propia belleza. Veremos mujeres atrapadas en sus propias creencias arcaicas y machistas, las cuales les han sido inculcadas desde su más tierna infancia, mujeres que son tratadas como objetos sexuales, mujeres a las cuales se les anula no sólo físicamente, puesto que se les limita el moverse con libertad, además de síquicamente, ya que se las anula por completo hasta el punto que ya no piensan por sí mismas sino por el resto del entorno al cual están adheridas”.
En el conjunto de la sociedad se vive una desigualdad en el ejercicio del poder entre mujeres y hombres, estando la mujer marginada. Bajo el enfoque de género, les corresponde a las mujeres y a los hombres elaborar globalmente en la sociedad, áreas de entendimiento, cooperación, vías y distribución con equilibrio de los recursos y beneficios.
La desigualdad de los sexos está del mismo modo, en relación directa con el desarrollo social, la democracia y la pobreza.
Volviendo a mirar de nuevo vemos que el trabajo de la mujer es invisible ya que sus actividades productivas en el hogar no se valorizan monetariamente.
La mujer tradicionalmente se ha visto relegada a la casa, los hijos y la familia como única obligación femenina en la intimidad, por lo que su desarrollo social y personal se ha visto restringido a los terrenos que el hombre ha considerado.
Además de no reconocerle su participación en el hogar ni su aporte en la ayuda de generar ingresos.
En cambio al hombre lo podemos ver como el amo del mundo, el dueño y señor de su hogar. El éxito social y laboral ha sido tradicionalmente patrimonio exclusivo de ellos.
Del mismo modo la superioridad del hombre sobre la mujer, ha hecho que esta se haya ha visto obligada a someterse a su dominio machista, a lo largo de mucho tiempo.
Sinceramente parece mentira que en pleno siglo XXI sigamos con los mismos estereotipos sexistas, tanto para mujeres como para hombres.
No sólo en la cotidianidad de la sociedad, sino también en el campo empresarial (política económica), se ha seguido promoviendo y valorando la idea del hombre libre y económico en toda su movilidad en el mercado empresarial. Mientras que a la mujer (política social, se asume el hecho de que por ser mujer, solo se le puede promocionar socialmente en el campo altruista de ser madre y estar renegada al cuidado de los hijos y el sometimiento del marido.
Si nos damos cuenta esto nos deriva a una discriminación de sexos, la cual derivaría en una división de género.
No sólo se trata en hablar o pensar en lo masculino o en lo femenino, sino de actuar conjuntamente para que jamás, tengamos que dudar o simplemente pararnos a pensar ¿es esto femenino o masculino?
El lenguaje es el medio de comunicación; por lo tanto a través de él trasmitimos nuestros pensamientos y conocimientos. Es entonces el medio o vehículo trasmisor para comunicarnos con los/las demás, relacionado con mujeres y hombres, el lenguaje identifica lo femenino y lo masculino, lo nombrado y lo mencionado, además de lo prohibido como lo permitido, es entonces cuando podemos asegurar que el lenguaje no es neutral, pero esto no significa que cualquier lenguaje nos va a servir también para cualquier propósito.
La familia es el ámbito idóneo para la transmisión de valores; y según sean ellos, se configurará la sociedad del futuro, es el primer nivel social al que tenemos acceso.
Los primeros años de la vida de una/un niña/niño, son muy importantes para su futura personalidad adulta. Ya que en ellos sus padres, juegan un papel clave en su formación. Según pasan estos primeros años, también es en la familia donde se da la gran parte de su educación humana, entendida como la transmisión de valores y complementaria de la educación académica, entendida como la transmisión de conocimientos.
Las relaciones familiares han de estar basadas en el cariño, en el respeto de unos a otros y en la solidaridad.
La mejor forma de educar es con el ejemplo. Pues las/los niñas/niños por defecto imitan.
Si los padres educan con responsabilidad, acabarán formando en la mayoría de los casos hijos responsables, otros que eluden sus responsabilidades, terminarán poniendo en una difícil tesitura de crecimiento emocional, para poder asumir sus propias responsabilidades.
Como ya se ha dicho con anterioridad las niñas y los niños por naturaleza son diferentes. Esto no significa que ellas tengan que hablar mejor y que ellos se tengan que mover más coordinadamente, sino que el desarrollo de las partes de su cerebro es diferente.
Su aprendizaje depende no sólo de la socialización y educación a la que son sometidos, que también suele ser diferente dicho sea de paso, sino también de sus capacidades innatas.
Hay estudios que demuestran que, las niñas tienen una mayor capacidad para el lenguaje que los niños y que ellos manejan mejor el entorno espacial y de movimientos.
El cambio es sin lugar a dudas el de educar en igualdad; pues debemos de pensar que las/los niñas/niños pasan la mayor parte de su etapa educacional en los centros de enseñanza, y es desde ahí donde se debe hacer hincapié en esa educación por la igualdad.
Ahora y siempre y con los ojos bien abiertos, es hora de actuar, desatemos sus cadenas y ayudémoslas a dejar atrás el peso del yugo que les ha tocado cargar a lo largo de tanto tiempo, que no hayan barrotes que les impida el vuelo remontar, que jamás a ninguna de ellas su boca les vuelvan a tapar, uniéndonos mujeres y hombres, para que con toda nuestra fuerza la lucha contra la «Violencia de Género» sea una realidad y que por culpa de ella no muera ni una mujer ni un hombre más.
Todo esto nos hace reflexionar y pensar, que para que no exista «Violencia de Género», tenemos que tener bien claro, las diferencias entre lo que es el machismo, el hembrismo y el feminismo.
El machismo: Seria el conjunto de creencias, costumbres y actitudes las cuales vienen a decir que el hombre es superior a la mujer, como puede ser en inteligencia, fuerza y capacidad, están con todo ello dictaminando que la mujer es por tanto inferior al hombre, esto sería sin lugar a duda una actitud machista.
El hembrismo: Sería por lo tanto la posición contraria al machismo. Este sería el fenómeno de discriminación y subvaloración de los hombres por parte de las mujeres, sería aquí la mujer la que tendría una actitud hembrista, pensando en que ella es superior al hombre en inteligencia.
El feminismo: Sería la justa igualdad o equilibrio de los derechos entre mujeres y hombres, por lo que, al no existir ninguna actitud ni machista ni hembrista, no existiría superioridad entre los sexos, existiendo entonces el respeto entre las mujeres y los hombres.
Si lográramos educar y reeducar desde y con el respeto y la igualdad, quizás podamos erradicar la “Violencia de Género”.
Desde aquí un respetuoso homenaje, a las/los que fueron y ya no lo son, a las/los que están subyugadas/os, para que recuperen su libertad, por las/los que les pisotean su dignidad, para que tengan la fuerza, el coraje y el valor de denunciarlo ya, pidiendo ayuda a tiempo, incondicionalmente siempre hay alguien que está preparado para ayudar, pero serás tú la/el que el primer paso, tendrás que dar.
Que el próximo 25 de noviembre de 2013, sea no solo para recordar las/los que ya no están, que sea también para celebrar, y que esa celebración sea, porque por culpa de la “Violencia de Género”, no se haya perdido una vida más.