La daga
Dime mariposa
tú que revoloteas por las flores
del jardín de mi amada
¿Crees qué ella de mí, de verdad está enamorada?
si es que sí, dímelo,
pero si es que es no, niégamelo,
si me lo niegas
no tendré que usar la daga,
esa que un día ella a mí, puso en mis manos.
La daga iba acompañada de estas palabras;
amado,
en señal de mi amor
esta daga es para ti
y si un día de ti dejo de estar enamorada,
no tengas miedo de usarla.
Úsala
corta con ella las cadenas,
esas con las que, hasta ese momento,
a los dos nos ha mantenido unidos-
Ya con las cadenas cortadas
volveremos a ser libres.
A partir de ese momento
y cada uno por su lado,
construirá su propio camino,
pero ya por separado.
Dime mariposa,
tú la respuesta ya la has averiguado,
porque está daga, solo es en sentido figurado
y si ella a mí, ya no me quiere,
tendré que aceptarlo
además de respetarlo.