El espíritu de un amor pasado
Hoy ibas por la calle paseando
sin tú adivinarlo
yo tus pasos iba hostigando,
cuando tú aligerabas los tuyos
yo los míos, apresuraba,
si los ralentizabas
yo un poco los retrasaba.
Cuando a casa regresabas
y comprobabas que en ella por fin
sana y salva tú ya entrabas,
yo felizmente me marchaba.
Tú no eras otro que,
el espíritu de un amor pasado
que como cada noche
a su tumba de nuevo regresaba
y yo el fantasma de ese amor
que aún a sabiendas
de tú irrealidad,
no me resigno a dejarte de amar.
El espiritu de un amor pasado –
(c) –
Maria Milagrosa Reyes Marrero