Mis escritos los he hecho poco a poco. Casi siempre en la intimidad. Pero, que un día por fin, me he decidido a hacerlo ante y para los demás. Los he hecho sin pudor. Ya que, con ellos, quiero ofrecer. De mis escritos lo mejor. Con el sincero propósito que, al leer cada una de sus estrofas, disfruten del mismo modo que, lo he hecho yo al escribirlas.
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Sin belleza su cara
Aurora y la Misteriosa Dama del Castillo Bermellón
Libro de Relatos
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«Sin belleza en su cara» «Aurora y la Misteriosa Dama del Castillo Bermellón»
Estas vicisitudes, hubieron de acontecer, en el interior de ciertos Castillos, en épocas Medievales. Tal vez, durante la Baja Edad Media (desde el siglo XI al XV). Acaso en etapa de Las Cruzadas (excursiones que tenían una mezcla entre religiosas y marciales, las cuales transcurrieron por un período de casi II Siglos). Con un modelo económico feudal. Predominando las grandes construcciones de castillos perfectamente amurallados y cuyas ciudades estaban definidas por sus grandes fortificaciones (en respuesta a la etapa belicosa). En esos Castillos, además de los señores, vivían la servidumbre que atendía a estos. Así como los vasallos, que se encargaban de las labores del campo, del ganado ovino y las caballerizas, sin obviar a los albañiles, los herreros, los carpinteros y resto de feudatarios. Todos ellos vivían en los campos que rodeaban esos Castillos.
En el imaginario, Condado de Aseda, vivieron dos hermanas, Aurora y Nora. Los celos enfermizos de una de ellas, creará una rivalidad imaginaria entre las dos. Hasta tal punto que, hará todo lo posible para quedarse con el amor de sus padres y el de los amigos, pero, sobre todo, aspira a quedarse con el amor del enamorado de su hermana. Y para lograr sus fines, no dudará, en llegar a rebasar los límites de lo legal.
Celosa de todo lo bello. Hasta el punto de ordenar la desaparición de su propio bebé, nada más nacer. Aludiendo, el que ella jamás podría querer a un bebé, Sin belleza en su cara.
De todos es sabido que, hay personas que, en vez de buscar su felicidad, tratan de fastidiarle la del prójimo. No les importa dedicar su tiempo y dilapidar su energía, si con ello consiguen su fin. Tienen una sola meta en la vida. Hacer infelices a los demás. Y enajenados en ello, se les escapa que, el mayor mal que hay, es el ambicionado y no obtenido. Sin saber que, en sus vidas nunca anidará la felicidad.
Aquí encontraremos; Condado, Condes, Castillos, hermanas, parteras, cocinera, Magas, pasadizos secretos, antiguas mazmorras, sótanos con pozos, mensajes precarios y una Dama vestida con una túnica color Bermellón. La cual, le susurraba en sueños, a una de las hermanas, diciéndole siempre lo mismo; el Castillo Bermellón, de día, es una Ruina, pero, de noche, tiene una Vida. Vive tranquila que, cuando quieran quitarte la tuya, aquí estaré yo, para rescatarla.
Mila Reyes
