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Una caña improvisé
Con un palo, improvisé una caña
Con una cuerda, improvisé un sedal
Con un clavo, improvisé un anzuelo
Con un trozo de jamón, prepararé la carnada
Y con toda esa improvisación,
me fui a la orilla de mar
para ver si con mi caña,
mi sedal, mi anzuelo y mi carnada,
todos ellos improvisados
podía pescar algún pescado
Ya en la orilla del mar
eché un vistazo,
busqué una roca
y encima me senté,
ya sentado, mi primer lance realicé
y rápido me sorprendí
pues a los pocos minutos
mi recompensa adquirí
Entonces, comprobé que,
a veces, es más importante el ingenio
que los bienes que tienes