A veces basta una simple mirada
Hablar, es una forma de expresarse
Hay quien habla demasiado
Hay otros que apenas hablan
Hay quienes no hablan, por no molestar
Hay otros que molestan al hablar
También los hay que no saben hablar
Y hay otros que aun sabiendo, no quieren hablar
Pero también los hay, que quieren hablar y no pueden
Pero los hay que pudiendo, queriendo y sabiendo, no deberían hablar
Hay quienes hablan y nadie los escucha
Del mismo modo los hay que, cuando hablan nadie los entiende
Y que aun entendiéndolos al hablar, no los comprenden
Igualmente los hay, que entendiéndolos y comprendiéndolos, no comparten lo hablado
Hay quienes al hablar lo hacen en voz baja
En cambio hay otros que hablan voceando
Nos encontramos a veces con otros que, en lugar de hablar parece que gruñen
Ciertas veces queremos hablar y no tenemos con quien hacerlo
Y lo peor es que tengamos con quien y no nos escuche al hacerlo
De igual forma hay quien habla consigo mismo
Hay veces que es mejor estar callado y no hablar
Pues hablar por hablar, sin saber de lo que se habla, mejor estar callado
Hablar con quien no sabe o no quiere razonar, es mejor no hablar
Pero siempre es mejor hablar, que a las manos llegar
Tampoco es más inteligente quien más habla
También es inteligencia saber escuchar cuando hablan los demás
Si ya lo dice el refrán “en boca cerrada no entran moscas”
Por eso, antes de hablar debemos bien pensar, lo que por la boca vamos a soltar
Lo que tenemos que hacer es, pensar bien lo que queremos decir
Antes de comenzar a hablar
A la vez, hay que ser prudente a la hora de hablar
También hay que hablar con respeto y sin ofender a los demás
Los hay quienes llegan a líderes, con el dominio de las palabras
Y los hay que con el don de la palabra, dominan y someten a los demás
Siempre se puede dejar callado a alguien con una sola palabra
Pero también hay momentos en nuestra vida, que no es necesaria la palabra
Ya que hay instantes en ella, que para hablar, nos basta una simple mirada
