A la isla de La Palma
Soy la naturaleza
la que siempre está por encima de toda previsión
no obstante,
sé que vosotros los palmeros me ganáis en baluarte.
Poco a poco os fui dejando pistas
las cuales supisteis interpretar
de lo cual me alegro
y que gracias a ello os pudisteis salvaguardar.
Primero fueron pequeños seísmos
algo difíciles de apreciar
luego decidí los mismo aumentar
para que de ese modo pasaseis a valuar.
Tal vez llegué antes de lo esperado
pero es que el otoño iba a llegar
y me susurraba cada vez más apresurado
que antes de él entrar yo tenía que erupcionar.
Y como ya os habéis dado cuenta
el día diecinueve de septiembre llegué yo
y el día veintidós, el otoño al verano desplazó
por lo tanto, el otoño en cintura me metió.
Soy la naturaleza
la que siempre está por encima de toda previsión
y en la zona de Cumbre Vieja en la Isla de La Palma
en forma de volcán explosioné.
Después de los rugidos inicié la humareda
continué con el fuego incandescente
seguidamente escupí la ceniza
conjuntamente con la lava.
Con la fuerza de mi magma
por donde voy pasando
todo lo que encuentro me lo voy tragando
y con todo ello, mucho daño voy originando.
Familias desalojadas
animales desperdigados
hogares destruidos
y fincas carbonizadas.
Soy la naturaleza
la que siempre está por encima de toda previsión
no obstante,
sé que vosotros los palmeros me ganáis en baluarte.
Con la ayuda y solidaridad de todos los palmeros primero
del resto de los canarios después
del Estado y de Europa también
porque ahora todos sois La Palma.
Yo sé que tengo el poder destructor sí
del mismo modo que sé
que vosotros los palmeros me ganáis en baluarte
y con mucha fuerza y coraje podréis salir adelante.
Después de esta desoladora destrucción
sé que todo no volverá a ser como antes
y si bien se tardará tiempo en volver a la normalidad
todo irá a mejor.
De todo lo malo se ha de aprender
de todas las crisis se ha de salir
y aunque de la naturaleza no se puede escapar
vosotros los palmeros lograréis resurgir.
Sé que hora estáis confundidos
también algo abatidos
pero vuestra fortaleza
no se la llevará ni siquiera la fuerza de la naturaleza.
Empero de todas vuestras pérdidas materiales
vuestras costumbres permanecerán intactas
porque del mismo que ese fuego que llevaba yo en lo más profundo de la tierra
esas tradiciones las lleváis vosotros en lo más profundo de vuestros corazones.
Soy la naturaleza
la que siempre está por encima de toda previsión
no obstante,
sé que vosotros los palmeros me ganáis en baluarte.
Sombras del pasado me llevaré
con el paso del tiempo otras nuevas resurgirán
y la isla de La Palma junto a vosotros los palmeros
como siempre habéis hecho luchareis por conservarlas.
No lo veáis todo tan feo
ya que La Palma la isla bonita seguirá siendo
tampoco lo veáis tan negro
puesto que vuestra isla, la isla verde no dejará de ser.
Soy la naturaleza
y a pesar de esta declaración
estoy con todos los afectados
y con quienes desde el primer minuto han estado vuestro lado.