Es día de fiesta
Hoy es día de fiesta
La onomástica de la Inmaculada se celebrará,
En honor a ella,
en la pequeña ermita del pueblo,
a las diez de la mañana,
el párroco una misa oficiará
Para dicha ocasión,
las devotas del pueblo,
el pequeño santuario,
lo han adornado el día anterior
Sin excepción de edad,
todas las mujeres,
al culto asistirán,
y fervorosas orarán
Por el contrario, los hombres,
en la cantina entrarán
y unos chatos de vino beberán
Mientras, los niños en la plaza,
con sus aros jugarán
A las once en punto,
la ofrenda terminará,
Los hombres de la cantina saldrán,
a la ermita se dirigirán,
y sobre sus hombros,
solemnemente,
a la imagen de la virgen apoyaran,
a la calle la sacarán
y por los alrededores de la plaza,
en procesión la pasearán
Delante de la efigie,
irá el cura, que es quien los dirige
Detrás los monaguillos andarán
El señor alcalde tras de ellos marchará
El regidor como es deber,
escoltado de la autoridad
El maestro y el médico, les seguirán
Detrás de todos ellos,
las beatas marcharán
Y de todos ellos,
los niños y las niñas a su zaga correrán
Dará igual que unos vayan atrás,
y que otros los precederán,
ya que todos a la vez orarán
Al terminar el recorrido,
los hombres nuevamente,
a la imagen en su sitio dejarán
y a la taberna volverán
Las mujeres y las niñas,
a sus casas regresarán
y los niños con sus aros,
de nuevo la plaza recorrerán
A las dos de la tarde,
la hora de comer llegará,
y los hombres y los niños,
a sus casas retornarán
Llegarán con la mesa ya puesta
Serán tratados como recatados invitados
Homenajeados con opíparos platos
Sin apenas hablar,
las suculentas viandas devorarán,
y con mejores vinos las regarán
Ya comidos y bebidos,
Una buena siesta, se echarán
Ellas, por el contrario,
con la ayuda de las niñas,
las mesas recogerán,
y los platos fregarán
Al llegar la noche,
en la plaza de la iglesia,
una verbena habrá,
la banda municipal la amenizará
Los mozos y las mozas,
que estén en edad de casar,
al festejo acudirán
A las mozas, sus madres las escudarán
Porque el ir solas, muy mal visto estará
También serán sus mamás,
las que deberán dar el visto bueno,
y solventar con cuál de los mozos,
podrán al final, sus hijas bailar
Y mientras las mozas y los mozos bailan
las madres, con el rabillo de un ojo,
a sus hijas patrullarán,
y con el otro,
a las hijas de las vecinas ficharán,
solo por el mero hecho,
de que, llegado el día de mañana,
tengan algo que chismorrear,
a la hora de ir al mercado
Pero todas ellas se olvidan,
de que lo que hacen ellas, con las hijas de las otras,
lo hacen las otras, con las hijas de ellas
quién lo iba a decir,
esta mañana estaban rezando,
dándose golpitos de pecho,
palmaditas en la espalda
y ahora están pensando,
en a quién criticar mañana,
mientras hacen la cola para comprar el pescado
