Coloridas vidrieras
Cada domingo
Frecuentan los feligreses
La pequeña ermita
Van a oír al viejo párroco
Dar la liturgia
Y al acabar, como los sermoneará
Ya todos en el santuario
Se sientan en los bancos
Lo hacen dando la espalda
A los pequeños ventanales
Acicalados con coloridas vidrieras
Pero antes de tomar asiento
En la pila de la entrada
Sus manos meterán
Y con su agua bendita
Todos ellos se persignarán
Lo harán, teniendo mucho cuidado
Para no mojar, cada uno su misal