La melena de su amada
I
Ella frente al espejo
Con su cepillo preferido
Como cada día
Y a la misma hora
Se cepillaba su gran melena
Ya de color gris
II
El sentado en su mecedora
Añeja como él
Por los años ya vividos
Con sus ojos negros
Ya algo consumidos
Allí sentado la miraba
Sin saber quién era ella
III
No era culpa de la edad
Sí debido a una enfermedad
Alzheimer la llaman
Y él sin saberlo la padece
Hace unos cuantos años ya
IV
A pesar de no recocerla
Le gustaba estar junto a ella
Cuando la miraba se sentía bien
Y en sus momentos de agitación
Si ella le hablaba
Su voz aún cándida
A esa ira aplacaba
V
Cada mañana al ver a aquella señora
Que no era otra que su esposa
Aunque el ahora no lo supiera
Y percibir como cepillaba su melena
Sin llegar a comprenderlo
Y sin saber el porqué
Se agitaba y lo invadían las emociones
VI
De pronto para él
El tiempo no había pasado
Se veía junto a ella
Con ochenta años menos
Y sin que el Alzheimer
A él aún no haya llegado
VII
Igual que la percibía hoy
Delante de aquél espejo
Otra imagen apreciaba
Cogidos de la mano
Paseando por los prados
Discurrían dos enamorados
VIII
Ella jubilosa
Satisfecho él
Acababa de colocar
En la hermosa y larga melena rubia
Que no era otra que la de su amada
Una diadema de margaritas
Recién cortadas
Con sus propias manos
En uno de eso paseos
Que por aquellos prados
A diario con ella daba
IX
Él no sabía ahora quién era ella
Ni a qué nombre respondía
Cuando alguien por él la llamaba
En su memoria dañada
El único recuerdo intacto
Que él guardaba
Era aquella melena
Que un día fue de color rubia
Y que ahora con el paso del tiempo
Se había convertido en blancas canas
X
Ella a la vez que se peinaba
A él a través del espejo miraba
Inmóvil y con su mirada perdida
Sentado en aquella vieja mecedora
De su madre heredada
XI
Él lo único que recordaba
Era la melena de su enamorada
Y para él seguía siendo rubia
Aunque ahora fuera cana
