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▷ El forastero 📖

 El forastero

I
Era una noche lóbrega,
de un riguroso invierno
A un pueblo solitario,
bastante yermo,
y casi deshabitado,
un extraño al lugar llegó
A la cantina se dirigió
Ya dentro de ella,
con unas buenas noches,
con su voz ronca,
a todos los presentes saludó
Tras el saludo,
con sus ojos grandes,
de color verde botella,
echo un vistazo a los presentes
Al dueño de la cantina,
el forastero quería localizar,
para pedirle en aquel habitáculo,
una habitación para descansar,
que tuviera una tinaja,
para un buen baño caliente poderse dar
y así de tan largo viaje,
relajarse lograr,
a la vez quitarse el polvo,
que en el trayecto acumuló
También algo de cenar solicitó
El patrón con un sí señor,
a todo le respondió
El extranjero comió,
a la habitación se retiró
Ya en ella, un buen baño se dio,
en el catre se metió
y el resto de la noche,
plácidamente,
hasta aclarar el día,
como un bebé durmió,
II
A la mañana siguiente,
cuando despertó,
su petate preparó,
la habitación abandonó
De nuevo en la cantina entró,
y otra vez educadamente,
los buenos días dio
Pedir un buen desayuno,
era ahora su intención
III
Todos en el pueblo,
incluido en cantinero,
sabían ahora,
quien era aquél forastero,
que en esa noche oscura,
de aquél crudo invierno,
había osado adentrarse,
en ese ermitaño pueblo
Encaminándose,
a la única cantina,
que esa parroquia poseía
IV
Él no era otro que Honorato,
el hijo del herrero,
que siendo impúber aún,
el pueblo abandonó,
no por propia decisión,
ya que fueron unos cuatreros,
quienes por él, la tomaron,
y a irse con ellos,
a Honorato obligaron
Si éste no los seguía,
a su padre el herrero,
al instante matarían
V
Desde ese instante,
tanto él como su padre,
subsistieron con el dolor,
de tal disgregación
VI
Ahora todo había cambiado
y de los forajidos,
se había liberado
Al final la justicia,
de aquellos bandidos,
se había encargado
VII
Él en todo ese tiempo,
que de su pueblo, estuvo lejos,
ambicionaba regresar
y cuanto antes poderlo hacer,
al pueblo que lo vio nacer
VIII
Una gran razón,
vegetaba en él,
y ese era gran cometido
Efectuar ese viaje,
regresar de nuevo a casa,
acercarse a su progenitor,
verle de nuevo su cara,
fundirse con él en un abrazo
Ya que para él su padre,
era el ser más querido


El forastero –
(c) –
Maria Milagrosa Reyes Marrero

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