Día mundial sin tabaco
—Oye, oye, que hace más de cinco minutos que no me haces caso.
—Espera un momento por favor.
—Eso me dijiste hace cuatro minutos y han pasado cinco.
—De acuerdo, ya estoy contigo.
—Qué bien, siempre me salgo con la mía, pensaba él mientras veía a aquel pobre fumador que, a la segunda de cambio, le obedecía sin rechistar y sin poder decir ni un no, ni un basta ya.
—Bueno otro más no me hará daño, encenderé este y ninguno más, hasta la hora de desayunar, pues ya llevo 5 desde que me levante y solo hace una hora, —se decía el fumador—.
El fumador se hacia esa promesa progresivamente, antes de desayunar, durante el desayuno y después del desayuno. Pero, diariamente, nada más encender el primer cigarrillo, volvía y encendía otro y otro, y no era capaz de parar. Al terminar el día, era cuando se daba cuenta, de todos los cigarrillos que había fumado, durante el día.
Cuando estaba en la cama, todas las noches la misma retahíla, —mañana no voy a fumar—, pero a los cinco minutos, la dependencia al tabaco volvía y él se apoderaba de su mente y el fumador, caía en la cuenta que, al levantarse y camino del trabajo, tendría que pasar por el estanco, para comprar de nuevo tabaco, no vaya a ser que me falte y no pueda fumar en el descanso, después de tomar el café.
A veces, no nos damos cuenta pero, él está ahí, siempre a la expectativa de que ocurra algo en tu vida, para meterse en ella, aferrarse a ella, apoderándose de ti. Primero, de tu voluntad y sin apenas darnos cuenta, de nuestra salud. Para, terminar con nuestra vida. Está vigilante, expectante, controlando hasta nuestro mas mínimo movimiento o forma de vida. Para caer en ti, en mi o en quien sea, a él le da igual, lo único que le importa es que, él es tabaco y que, alguien se lo tiene que fumar.
Le dará igual que sea hombre, o que sea mujer, que sea joven o mayor. Lo que busca, es que al fumar, sientas alguna satisfacción y cuanto más, mejor. Pues así, la dependencia hacia él será mayor.
Parémonos a pensar, contengámonos las ganas de fumar y si no podemos solos, siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos, para la deshabituación tabáquica lograr y por fin le podamos decir a él, me da igual como me mires, lo que me digas o me hagas. Pues, yo de ti no quiero depender más y aire limpio en mis pulmones, yo a partir de hoy, solo dejare entrar. Puesto que, he tomado la decisión, de dejar de fumar. A mi vida, cuidar más. Además, de a este planeta, ayudar a no contaminar.
Espero que, con este mensaje, algún día, no haya la necesidad de que, cada 31 de mayo, el Día mundial sin tabaco se tenga que celebrar. Eso significaría que, en este planeta por fin, la gente ha tomado conciencia y él ya no será él. Sino que, en el recuerdo se convierta en aquel. Porque, por fin, no quede nadie en el planeta, que sienta la necesidad, de fumar.
Ayúdala a vivir bien
Se nace una vez, se vive una vez
Se tiene una sola vida
Con ella se nace y se vive, cuídala
Ayúdala a vivir bien
Procura que respire aire limpio
No contamines sus pulmones
Respirando aire limpio y puro
Los pulmones respirarán mejor
Y la vida durara más
Si en vez de fumar
Algún deporte tu practicaras
